Mar de Recuerdos

Cocinando Memorias a través de la creación de biomateriales

Un ritual donde la cocina y el mar se entrelazan para celebrar la vida y honrar la muerte, creando memorias tangibles y duraderas.

El mar como punto de partida. Como lugar para nacer y morir. Llegar al mundo mojado y decirle adiós en el agua. Somos muchas las personas que nacemos en ciudades costeras y tenemos el deseo de que nuestras cenizas vuelvan a nuestro origen, al origen de todas las criaturas.

Cuando una persona muere, a menudo hay un momento incómodo. Nadie sabe qué decir o cómo actuar. Como antídoto a nuestra confusión y dolor en este momento, un ritual puede ayudar a digerir mejor la pérdida. ¿Y si en vez de llorar la muerte celebramos la vida de esta persona?

Una ceremonia en la que hay risas, comunidad, lágrimas y comprensión, en la que se comparten hermosos momentos de la persona. Y qué mejor que aprovechar la tradición española de «sobremesa» para crear este momento tan especial.

Celebremos la vida como celebramos la Navidad en Cádiz, mi ciudad natal, comiendo marisco, abrazándonos y cocinando juntos. Cocinar con nuestras manos, conectar entre nosotros, crear un momento para sentir a través de nuestras manos mientras escuchamos las canciones favoritas persona amada. Construyamos nosotros mismos el recipiente donde esta persona va a fusionarse con el mar.

Hay una gran conexión entre hornear un pastel y moldear estos recipientes. Usar nuestras manos para jugar con esta masa tiene efectos relajantes además de ayudarnos a resolver nuestros propios conflictos. En un trabajo centrado en la conexión con nosotros mismos y con los demás que ayudará a la gente a entender mejor y procesar la muerte. Todo esto nos lleva a una cuidadosa elección de ingredientes con los que formar nuestros envases: harina de trigo, sal, maicena de limón, conchas de marisco y tintes o esencias naturales al gusto que se pueden encontrar en nuestras cocinas.

La belleza del ritual es que no necesitas comprar nada para devolver al mar las cenizas de nuestro ser querido, solo tendremos que celebrar su vida a través de una «mariscada» y con las propias conchas e ingredientes restantes que podríamos usar para hacer un 

pastel, crearemos un material que dará la bienvenida a la vida y la muerte al mismo tiempo, un recipiente que contendrá sus cenizas.

A través de este ritual no solo creamos un momento de comunión, sino que también damos vida a los desechos – las conchas de mariscos que generalmente se desechan- y celebramos una forma diferente de cuidar. De esta manera, creamos un biomaterial que sirve como medio para conectar la vida con la muerte, contribuyendo a la creación de una perspectiva más sostenible sobre nuestra muerte. Además, destaca que la esencia de la creación de envases está en hacerlos con tus propias manos desnudas, con ingredientes sencillos, de una manera mágica, casi ancestral, dando lugar a formas orgánicas e irregulares.

Ponte en contacto,

Hablemos de tu proyecto

Ir al contenido